Una vieja mansión de estilo republicano donada por Carmen
Freud, hija de Julios Freud, judío alemán norteamericano llegado a Barranquilla
a principio donde se guardan como memoria de pasatiempos, objetos de la historia
de la ciudad. Allí están, como testimonio de una época, los disfraces de la
reina del carnaval, una réplica de la antigua calle denominada Camellón Abello,
la máquina de escribir de Alfonso Fuenmayor en la que el premio Nobel Gabriel
García Márquez escribió su novela La Hojarasca, algunas cartas del libertador
Simón Bolívar, fotografías, discos y colecciones de periódicos de antaño.
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